elecciones generales 23j 2023

El hecho de que Yolanda Díaz haya decidido sacar a la luz el pasado de Feijóo junto al narcotraficante Marcial Dorado no es sorprendente. Esta historia ya se había enfrentado hace diez años, cuando Díaz era portavoz de Alternativa Galega de Esquerdas (AGE) y Feijóo era un presidente en apuros por las fotografías comprometedoras que habían sido publicadas en el diario El País. Estas imágenes revelaban la amistad de un alto cargo de la sanidad gallega con un capo de las Rías Baixas, y estuvieron a punto de truncar la carrera política de Feijóo.

A pesar de las numerosas imprecisiones y del uso de la técnica del victimismo, Feijóo consiguió salir a flote sin dar explicaciones claras. Cuatro días después de la publicación del álbum, repartió 900.000 euros de ayudas de la Xunta entre la prensa gallega y proclamó: "Se acabó la infamia". Sin embargo, las explicaciones que dio sobre cómo surgió la relación con Dorado no fueron suficientes. Feijóo admitió que Manuel Cruz, chófer de la Xunta al servicio del jefe de Feijóo en aquel entonces, había presentado a Dorado. Cruz también tenía un segundo empleo como testaferro del narco y era uno de los habituales en las excursiones de Feijóo y Dorado. Aunque Feijóo aseguró haber cortado toda relación cuando empezó a desconfiar, el juez José Antonio Vázquez Taín, encargado de investigar al narcotraficante en aquel momento, contradecía esta versión.

Es importante recordar que la política debe ser transparente y responsable. Los ciudadanos tienen derecho a conocer la verdad sobre el pasado de sus representantes políticos, especialmente cuando se trata de relaciones con personajes cuestionables. En este sentido, la decisión de Díaz de sacar a la luz este pasado es una muestra de su compromiso con la transparencia y la rendición de cuentas.

En una sociedad democrática, es necesario que los líderes políticos sean ejemplos de integridad y ética. La relación entre Feijóo y Dorado plantea serias dudas sobre la idoneidad de Feijóo para ocupar un cargo público de alto nivel. La falta de explicaciones claras por parte de Feijóo y su intento de minimizar la importancia de estas revelaciones no son suficientes para disipar estas dudas.

Además, es importante tener en cuenta que estas revelaciones no solo afectan a Feijóo como individuo, sino que también plantean preguntas sobre la integridad y la ética del partido al que pertenece. Los ciudadanos merecen saber si el Partido Popular está dispuesto a tolerar acciones cuestionables por parte de sus miembros y si están dispuestos a tomar medidas para garantizar la transparencia y la responsabilidad en su partido.

En el contexto de las elecciones que se celebrarán este domingo, es fundamental que los ciudadanos tengan toda la información necesaria para tomar una decisión informada sobre su voto. Las acciones pasadas de los candidatos pueden ser un indicador importante de su idoneidad y de su compromiso con los valores fundamentales de transparencia y ética en la política.

En resumen, la decisión de Yolanda Díaz de sacar a la luz el pasado de Feijóo junto al narcotraficante Marcial Dorado es una muestra de su compromiso con la transparencia y la rendición de cuentas. Los ciudadanos tienen derecho a conocer la verdad sobre el pasado de sus representantes políticos, especialmente cuando se trata de relaciones con personajes cuestionables. En este sentido, es importante que los líderes políticos sean ejemplos de integridad y ética, y que los partidos políticos tomen medidas para garantizar la transparencia y la responsabilidad en su seno.

Alberto Núñez Feijóo, líder del Partido Popular, ha admitido la "inexactitud" cometida al afirmar en una entrevista en TVE que los gobiernos del PP siempre habían subido las pensiones de acuerdo al IPC. Sin embargo, en lugar de disculparse con la periodista Silvia Intxaurrondo, a quien exigió una rectificación cuando cuestionó su afirmación errónea, Feijóo ha tratado de justificar su error.

"El PP encontró una España muy complicada, a punto de ser intervenida, y siempre, siempre subió las pensiones, nunca congeló las pensiones", ha afirmado Feijóo en una entrevista en Espejo Público (Antena 3). "La inexactitud que cometí es que hubo años en los que no se actualizaron conforme al IPC. Sin embargo, hubo otros en los que se actualizaron por encima del IPC, sobre todo cuando el IPC era negativo", ha añadido.

Es importante destacar que esta no es la primera vez que Feijóo miente sobre este asunto. Sin embargo, en lugar de disculparse con la periodista de la cadena pública, a quien cuestionó duramente, Feijóo ha evitado asumir la responsabilidad de sus declaraciones falsas.

En un intento por "aclarar" la situación, Feijóo publicó un tuit en el que nuevamente evitó disculparse. Además, el vicesecretario institucional del PP, Esteban González Pons, cargó posteriormente contra la cadena pública, insinuando que perderá las elecciones y exigiendo la dimisión de sus dirigentes.

Es lamentable que los responsables políticos no asuman la responsabilidad de rectificar cuando cometen errores o mienten. En un momento en el que la confianza en la política está en entredicho, es fundamental que los líderes políticos sean honestos y transparentes en sus declaraciones.

La situación de las pensiones en España es un tema sensible y de gran importancia para miles de personas. Es necesario que los gobiernos tomen medidas para garantizar la sostenibilidad del sistema de pensiones y asegurar que los pensionistas puedan vivir con dignidad. Sin embargo, esto no puede ser utilizado como excusa para distorsionar la realidad y engañar a la ciudadanía.

Es fundamental que los políticos sean responsables con sus declaraciones y se comprometan a decir la verdad. La política española necesita dejar de lado la mentira y la manipulación y centrarse en encontrar soluciones reales a los problemas que enfrenta nuestro país.

Además, es necesario promover la transparencia y la rendición de cuentas en la política. Los ciudadanos merecen saber la verdad y tener acceso a información veraz y objetiva. Los medios de comunicación también tienen la responsabilidad de ser rigurosos en su labor de informar y contrastar la información.

En resumen, es decepcionante ver cómo los líderes políticos evitan asumir la responsabilidad de sus errores y mienten para justificar sus acciones. Es fundamental que la política se base en la honestidad, la transparencia y la responsabilidad. Solo así podremos construir una sociedad más justa y equitativa, en la que se respeten los derechos de todos los ciudadanos.

Es sorprendente cómo un programa de entretenimiento se ha convertido en una plataforma clave para los políticos durante las campañas electorales. Pero así es, 'El Hormiguero' se ha convertido en el escenario de encuentro entre los candidatos y el público. En esta ocasión, fue Alberto Núñez Feijóo quien hizo su aparición el miércoles pasado, tratando de mostrarse simpático y cercano, alejado de la imagen de un político serio y distante.

No podemos evitar imaginar a Borja Sémper, pasando horas preparando al líder del Partido Popular para esta ocasión, tratando de enseñarle a contar chistes mientras toma una cerveza. Es un reto difícil cuando se ha pasado tanto tiempo en el coche oficial o en las altas esferas del partido, alejado de la realidad cotidiana. Pero Feijóo hizo un esfuerzo y no le fue mal.

Pablo Motos planteó las preguntas que el Partido Popular no esperaba que fueran a ser tan relevantes después de que Pedro Sánchez anunciara la convocatoria de elecciones. Feijóo respondió como pudo a las cuestiones sobre los pactos con Vox, dejando claro que el PP no permitirá que se cuestione la existencia de la violencia de género. Sin embargo, hubo un tema en el que naufragó estrepitosamente: la ley de eutanasia. Su respuesta fue frívola e inexplicable.

Un día después de la exitosa entrevista de Pedro Sánchez en el mismo programa, Feijóo tenía la tarea de mantener el buen nivel y aclarar algunos puntos sobre los acuerdos con la extrema derecha. Pero apenas unos días antes, el periódico ABC había titulado en portada no una noticia, sino una crítica hacia Génova y su líder: "El PP ya ha perdido 15 días de precampaña en sus enredos con Vox". Les estaban advirtiendo que habían empezado la recta final de la campaña de forma desastrosa.

Pablo Motos le recordó a Feijóo que el tema de Vox no desaparecerá, haciendo referencia al acuerdo de Valencia en el que solo se menciona la "violencia intrafamiliar" en lugar de la violencia de género. Feijóo intentó evadir la pregunta al afirmar que el documento no está en contra de la ley de violencia de género en la Comunidad Valenciana. Sin embargo, Motos le advirtió que no se trata solo de una palabra, sino de políticas concretas.

Es evidente que el Partido Popular está teniendo dificultades para lidiar con su relación con Vox. Y es comprensible, ya que sus políticas y discursos están alejados de los valores de equidad y justicia social que defiendo. Los derechos laborales, la expansión de los servicios públicos, la igualdad de género y los derechos civiles son principios fundamentales para lograr una sociedad más justa y equitativa.

Es necesario recordar que la política de igualdad no se reduce a una palabra o a un simple documento. Requiere compromiso y acciones concretas para lograr cambios reales en nuestra sociedad. No podemos permitir que se cuestione la existencia de la violencia de género ni debemos trivializar temas tan importantes como la eutanasia. Estos son derechos fundamentales que deben ser protegidos y promovidos.

En este sentido, es lamentable que el Partido Popular haya perdido tiempo y energía en disputas internas con Vox, en lugar de centrarse en propuestas que mejoren la vida de los ciudadanos y reduzcan la desigualdad. Es momento de dejar de enredarse en debates estériles y centrarse en políticas que promuevan el bienestar social y la igualdad de oportunidades para todos.

El programa 'El Hormiguero' puede ser divertido y entretenido, pero no debemos olvidar que la política va más allá de las risas en un plató de televisión. Es necesario que los políticos se comprometan de verdad con los valores de equidad y justicia social, y que sus acciones reflejen esa voluntad de construir una sociedad más justa y solidaria.

La campaña electoral sigue su curso, y esperemos que los candidatos no solo se limiten a buscar la simpatía del público, sino que también presenten propuestas concretas para mejorar

Este miércoles se celebra el Día del Orgullo LGTBI, una fecha importante para reivindicar los derechos de esta comunidad. Aunque el PP ha decidido sumarse simbólicamente a esta celebración proyectando la bandera arcoíris en su sede nacional, no podemos ignorar que en algunos municipios y comunidades donde gobierna con la ultraderecha, se ha prohibido el uso de esta insignia en edificios oficiales. Esto ejemplifica la maleabilidad del PP en su relación con Vox, pasando del desprecio inicial a una relación más estrecha y dependiente.

En las pasadas elecciones locales y autonómicas, el PP ha constatado que necesita a Vox para mantener su poder territorial. Ya sea a través de apoyo parlamentario o de coaliciones de gobierno. En el último mes, hemos visto cómo el PP ha pasado por diferentes estadios en su relación con Vox, desde negar su fuerza electoral hasta pactar la entrada de un extorero como vicepresidente en apenas 24 horas.

Es importante destacar que el PP ha utilizado argumentos como "líneas rojas" y "matemáticas de Estado" para rechazar la presión de Vox, pero al final ha quedado claro que lo que realmente necesitan son más apoyos que negativas en las diferentes investiduras. El PP ha anteponido sus principios y la aritmética electoral al riesgo de poner en peligro las opciones de Feijóo el 23 de julio.

Uno de los acuerdos más rápidos se ha dado en la Comunidad Valenciana, donde los tiempos se aceleraron después de que el portavoz del PP, Borja Sémper, estableciera como "línea roja" la presencia de un "maltratador" en el acuerdo. Es importante señalar que el PP ha demostrado una gran flexibilidad en sus principios con tal de mantener el poder.

Es fundamental recordar que el Día del Orgullo LGTBI es una oportunidad para reivindicar los derechos de una comunidad que ha sufrido discriminación y exclusión a lo largo de la historia. Es un momento para celebrar la diversidad y luchar por la igualdad de derechos para todas las personas, sin importar su orientación sexual o identidad de género.

En este sentido, es positivo que el PP haya decidido sumarse simbólicamente a esta celebración. Sin embargo, es necesario que este gesto vaya acompañado de acciones concretas que demuestren un compromiso real con los derechos LGTBI.

En cuanto a la relación entre el PP y Vox, es preocupante ver cómo el partido ha ido cediendo terreno a la ultraderecha en aras de mantener el poder. Es importante recordar que Vox ha defendido posturas contrarias a los derechos LGTBI y ha promovido discursos de odio y exclusión. El PP debe reflexionar sobre la conveniencia de aliarse con un partido que va en contra de los valores de igualdad y respeto que deberían regir nuestra sociedad.

En conclusión, el Día del Orgullo LGTBI es una fecha para celebrar la diversidad y reivindicar los derechos de una comunidad que ha sufrido discriminación históricamente. Es positivo que el PP haya decidido sumarse simbólicamente a esta celebración, pero es necesario que este gesto vaya acompañado de acciones concretas que demuestren un compromiso real con los derechos LGTBI. Además, es importante reflexionar sobre la conveniencia de mantener alianzas con partidos que promueven discursos de odio y exclusión. La defensa de los derechos y la igualdad deben estar por encima de cualquier interés político.

Ha llegado el momento decisivo de la campaña electoral y el soldado Sánchez se adentra en la selva vietnamita con el temor de enfrentarse al temido Vietcong, a las "terminales mediáticas" de las que ha hablado en varias entrevistas. Ya ha experimentado el intenso fuego cruzado de Carlos Alsina en Onda Cero y ha salido de esa emboscada como ha podido, a la defensiva y sin sonar enérgico en las preguntas más delicadas. Ahora, le toca enfrentarse a Pablo Motos en 'El Hormiguero', interpretando el papel de enemigo despiadado. Pero, sorprendentemente, la noche de la entrevista resulta ser todo lo contrario a lo esperado. Si consideramos estas entrevistas en el periodo previo a las elecciones como una especie de duelo, se puede decir que Pedro Sánchez se impuso a Pablo Motos en la noche del martes. Lo superó rápidamente y al llegar a casa, ya tenía hambre.

No obstante, esta victoria tampoco debería tener un gran significado. Las entrevistas a políticos en radio y televisión requieren de una experiencia muy concreta, que ni siquiera está al alcance de todos los periodistas, y de una preparación previa muy meticulosa para extraer de la hemeroteca todo lo que pueda perjudicar o simplemente sorprender al invitado. Motos no posee esa experiencia porque su programa se centra en otros temas, lo que le ha convertido en un ejemplo de gran éxito televisivo. Además, se encuentra más tranquilo que durante la pandemia, cuando lanzó algunos alegatos exagerados, se burló del corte de pelo de Fernando Simón y no paró hasta que enfermó de Covid, instando a la gente a protegerse. Sin olvidar cuando preguntó a Isabel Díaz Ayuso "¿te sentiste muy sola?" en una frase que recordaba a los momentos más románticos de un culebrón de Televisa.

Sánchez logró incrustar en la mente de los telespectadores todos los mensajes que traía preparados, los cuales, por cierto, ya hemos escuchado en otras entrevistas. No sabemos qué come y bebe durante las campañas electorales, pero podemos confiar en que sean productos legales. Así como en 'Cuando Harry encontró a Sally', alguien en el público debería haber dicho: "¡Asegúrate de no mencionar explícitamente estos valores!".

En definitiva, la entrevista en 'El Hormiguero' resultó ser un éxito para Pedro Sánchez, quien pudo transmitir sus mensajes y propuestas de manera efectiva. Sin embargo, es importante recordar que estas entrevistas no siempre reflejan la realidad completa y que los políticos deben ser juzgados por sus acciones y políticas implementadas en el gobierno. Es fundamental centrarse en la reducción de la desigualdad, la defensa de los derechos laborales, la expansión de los servicios públicos, el impulso de políticas de igualdad de género y la defensa de los derechos civiles, valores que considero fundamentales en la construcción de una sociedad más justa y equitativa.