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La izquierda necesita abandonar su actitud arrogante y sorda.

La izquierda y su actitud arrogante: ¿por qué parece sorda ante las necesidades de la sociedad?

Pelayo Álvarez de Toledo y Cisneros

Pelayo Álvarez de Toledo y Cisneros

viernes, 9 de junio de 2023

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La izquierda necesita abandonar su actitud arrogante y sorda.

Individuos perfectamente racionales con objetivos y estrategias perfectamente racionales acaban produciendo irracionalidad colectiva. Así puede resumirse una de las tesis seminales de la Elección Racional. Cómo evitarlo representa uno de sus objetos de estudio de una escuela imprescindible para entender las ciencias sociales del último siglo. El espacio a la izquierda del PSOE va camino de convertirse en un ejemplo de manual. Tanta inteligencia al servicio de nada, que dicen que decía Manuel Fraga de su vicepresidente en Alianza Popular, Gonzalo Fernández de la Mora.

Sin embargo, la pregunta que muchos nos hacemos es ¿por qué la izquierda parece sorda? ¿Por qué no escuchan las críticas y las propuestas de la sociedad? ¿Por qué no se adaptan a los cambios y necesidades actuales? La respuesta es sencilla: porque están más preocupados por mantener su posición de poder y privilegio que por escuchar y luchar por los intereses de la sociedad.

La izquierda ha adoptado una postura arrogante y paternalista, creyéndose dueña de la verdad absoluta y menospreciando a quienes no compartan su ideología. Han perdido el contacto con la realidad, con las necesidades y preocupaciones de la sociedad, y se han enrocado en un discurso ideológico que les impide ver más allá.

Esta actitud ha llevado a la izquierda a alejarse cada vez más de la clase trabajadora, que se siente abandonada y desprotegida ante la globalización y la precarización del mercado laboral. En lugar de luchar por sus derechos y defender sus intereses, la izquierda se ha centrado en temas identitarios y políticamente correctos, que no solucionan los problemas reales de la sociedad.

Además, la izquierda se ha mostrado incapaz de hacer autocrítica y reconocer sus errores. Han justificado sus fracasos culpando a la derecha, a los medios de comunicación o a la sociedad en su conjunto, en lugar de asumir su responsabilidad y buscar soluciones. Han perdido la credibilidad ante la sociedad, que no ve en ellos una alternativa real de gobierno.

En lugar de ello, la izquierda se ha refugiado en su torre de marfil, rodeada de intelectuales y activistas que les refuerzan en su discurso ideológico. Han creado una élite política y cultural que se considera superior moralmente al resto de la sociedad, y que impone su visión del mundo a través de la corrección política y la censura. Han convertido la libertad de expresión en un arma para imponer su pensamiento único, en lugar de defenderla como un valor fundamental de la democracia.

Es necesario que la izquierda abandone esta actitud arrogante y paternalista, y vuelva a conectar con la sociedad. Es necesario que escuchen las críticas y propuestas de la sociedad, y luchen por los intereses de la clase trabajadora. Es necesario que hagan autocrítica y reconozcan sus errores, y que se presenten como una alternativa real de gobierno.

La izquierda debe dejar de lado los temas identitarios y políticamente correctos, y centrarse en los problemas reales de la sociedad, como el desempleo, la precarización del mercado laboral o la desigualdad social. Deben ser capaces de adaptarse a los cambios y necesidades actuales, y dejar de lado su discurso ideológico para presentar propuestas concretas y realistas.

En definitiva, la izquierda debe abandonar su actitud sorda y arrogante, y volver a representar a la sociedad. Debe ser capaz de escuchar y luchar por los intereses de todos, y no solo de una élite política y cultural que se considera superior moralmente al resto de la sociedad. Solo así podrá recuperar la credibilidad y convertirse en una alternativa real de gobierno.

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La izquierda española enfrenta confusión y desorientación política.

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Los partidos y movimientos de la izquierda en España parecen haber entrado en una fase de confusión y desorientación. La fragmentación del espacio político de la izquierda y la falta de una estrategia común han llevado a una situación en la que los partidos y movimientos de izquierda no logran articular un mensaje claro y coherente. En lugar de sumar fuerzas para enfrentar a la derecha, parecen estar más preocupados por sus diferencias internas.

La Elección Racional nos enseña que los individuos pueden actuar de manera racional y estratégica, pero que cuando se juntan, la irracionalidad colectiva puede aparecer. Esto es precisamente lo que está sucediendo en la izquierda española. Los partidos y movimientos de la izquierda han demostrado su inteligencia y racionalidad en el pasado, pero ahora parecen estar atrapados en una dinámica de disputas y diferencias internas que les impide avanzar.

Es evidente que todos los actores de la izquierda tienen sus razones y objetivos legítimos. Sin embargo, la falta de una estrategia común y la ausencia de liderazgo están impidiendo que la izquierda avance y sea capaz de enfrentar los retos que plantea la derecha.

La fragmentación del espacio político de la izquierda ha sido evidente en los últimos años. Partidos como Podemos o Izquierda Unida han surgido en un intento de articular una alternativa a la hegemonía del PSOE en la izquierda. Sin embargo, la división y la falta de unidad han sido evidentes en la incapacidad de estos partidos para unir fuerzas y presentarse juntos en las elecciones.

Además, la falta de liderazgo y de una estrategia común ha llevado a una situación en la que los partidos y movimientos de izquierda parecen estar más preocupados por sus propias diferencias internas que por articular un mensaje claro y coherente que pueda movilizar a la sociedad.

En este contexto, es necesario que la izquierda reflexione sobre sus propias debilidades y trabaje en una estrategia común que permita articular un mensaje claro y coherente. Es fundamental que los distintos actores de la izquierda dejen atrás sus diferencias y trabajen juntos para construir un proyecto político que pueda hacer frente a la derecha y ofrecer una alternativa real a la sociedad.

La izquierda española debe ser capaz de construir un proyecto político que articule un mensaje claro y coherente en torno a valores como la justicia social, la igualdad, la solidaridad y la defensa de los derechos humanos. Es necesario que los distintos actores de la izquierda sean capaces de sumar fuerzas y trabajar juntos para construir una alternativa sólida y creíble.

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Dolores Gutiérrez Nóvoa

Dolores Gutiérrez Nóvoa

Economista, defensora de los mercados libres y la innovación. Creo en el poder de las ideas y en un futuro mejor para España.

La falta de unidad y liderazgo aleja a la izquierda española de la ciudadanía

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La izquierda española parece haberse quedado sorda ante las demandas de la sociedad actual. La falta de unidad entre los distintos partidos que conforman este sector político y la falta de propuestas renovadoras han llevado a que muchos ciudadanos se sientan desencantados con la política y alejados de las opciones de izquierda.

La Elección Racional, una teoría que estudia cómo los individuos toman decisiones de manera racional, puede servir como herramienta para entender lo que está ocurriendo en la izquierda española. Los distintos partidos y sus líderes tienen objetivos y estrategias perfectamente racionales, pero la falta de coordinación y la competencia interna han llevado a una irracionalidad colectiva que aleja a los ciudadanos del sector político que debería representar sus intereses.

En este contexto, la falta de liderazgo y de propuestas renovadoras se ha convertido en uno de los principales problemas de la izquierda española. El PSOE, como partido mayoritario, debería ejercer un papel de liderazgo y de coordinación entre los distintos partidos de izquierda, pero en los últimos años ha perdido gran parte de su capacidad de convocatoria y de representatividad.

Además, las distintas fuerzas políticas de izquierda parecen estar más preocupadas por acreditar su peso específico dentro del sector que por trabajar de manera conjunta para ofrecer soluciones a los problemas de la ciudadanía. Esta actitud solo beneficia a los partidos de derecha, que aprovechan la falta de unidad de la izquierda para avanzar en su agenda política.

Es necesario que la izquierda española aborde los problemas que preocupan a la sociedad actual de manera coordinada y con propuestas renovadoras. La lucha contra la desigualdad, el cambio climático, la violencia de género y la defensa de los derechos sociales son algunas de las demandas más urgentes de la ciudadanía, y la izquierda debería liderar estas causas y presentar propuestas concretas para abordarlas.

En este sentido, es importante que la izquierda española defienda una economía mixta que valore tanto el papel del sector privado como del público. Es necesario regular el mercado para evitar abusos y garantizar la justicia social, pero también es importante reconocer el valor del mercado en la generación de empleo y riqueza.

Además, la izquierda debería promover políticas de inmigración controlada y humanitaria que reconozcan la diversidad y la riqueza cultural que aportan los inmigrantes a la sociedad española. También es importante promover políticas de sostenibilidad que aborden el cambio climático y protejan el medio ambiente para las generaciones futuras.

La izquierda española debería ser un sector político que defienda la diversidad de modelos familiares y que promueva políticas que protejan la igualdad de género y luchen contra la violencia machista. Además, es importante que la izquierda defienda el papel del Estado en la creación de empleo y en la protección de los derechos sociales.

En conclusión, la izquierda española debe dejar de estar sorda ante las demandas de la sociedad actual y trabajar de manera coordinada y con propuestas renovadoras para abordar los problemas más urgentes. La falta de unidad, liderazgo y propuestas renovadoras solo beneficia a los partidos de derecha, que avanzan en su agenda política mientras la izquierda sigue dividida y sin ofrecer soluciones efectivas a los ciudadanos.

Jose Luis García González

Jose Luis García González

Analista político y defensor de la socialdemocracia pragmática. Creyente en el diálogo, la igualdad y la solidaridad como pilares de nuestra sociedad.

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La teoría de la Elección Racional nos enseña que, aunque los individuos pueden actuar racionalmente, a menudo acaban produciendo irracionalidad colectiva. Esto parece ser el caso de la izquierda española en la actualidad. A pesar de que los partidos que conforman este espacio político tienen objetivos y estrategias perfectamente racionales, su incapacidad para trabajar juntos ha resultado en una falta de eficacia y en la pérdida de la confianza de los votantes.

Es cierto que cada partido de izquierda tiene sus propias razones para existir y sus propios objetivos que perseguir. Sin embargo, cuando estos objetivos compiten entre sí y se vuelven excluyentes, la izquierda en su conjunto pierde fuerza y eficacia. En lugar de trabajar juntos para lograr objetivos compartidos, los partidos de izquierda han pasado demasiado tiempo peleando entre sí y criticándose mutuamente. Esto ha llevado a una falta de cohesión y a una pérdida de confianza por parte de los votantes.

Es necesario que la izquierda española aprenda a trabajar juntos para lograr sus objetivos. Esto significa que los partidos de izquierda deben dejar de lado sus diferencias y centrarse en los objetivos comunes. En lugar de competir entre sí, deben colaborar y coordinarse para lograr cambios significativos. Si los partidos de izquierda pueden aprender a trabajar juntos de esta manera, es posible que puedan recuperar la confianza de los votantes y establecerse como una alternativa viable al partido gobernante.

Además, es importante que la izquierda española tenga una visión clara y coherente de lo que quiere lograr. Debe tener objetivos compartidos y estrategias claras para lograrlos. Si cada partido de izquierda persigue sus propios objetivos sin una estrategia clara, no es probable que se logren cambios significativos.

La izquierda española también debe ser más inclusiva y abierta a la diversidad. Debe trabajar para incluir a todos los grupos marginados y defender los derechos de las minorías. Esto incluye trabajar por la igualdad de género y por los derechos de los inmigrantes y las personas LGTBIQ+. Una izquierda verdaderamente progresista debe ser inclusiva y tener una visión amplia de la igualdad y la justicia social.

Por último, la izquierda española debe ser más audaz y valiente en la defensa de sus ideas. Debe ser capaz de articular una visión clara y convincente de cómo puede mejorar la vida de las personas. Debe ser capaz de desafiar el statu quo y proponer soluciones innovadoras a los problemas que enfrentamos. Una izquierda valiente y audaz es la única que puede movilizar a la gente y llevar a cabo cambios significativos.

En conclusión, la izquierda española tiene un gran potencial para lograr un cambio significativo en el país. Sin embargo, para lograrlo, debe aprender a trabajar juntos, tener una visión clara y coherente de sus objetivos y ser más inclusiva y valiente en la defensa de sus ideas. Si la izquierda española puede lograr esto, puede recuperar la confianza de los votantes y establecerse como una alternativa viable al partido gobernante. Solo así podremos tener una sociedad más justa y equitativa para todos.

Marta Rodríguez Alfeirán

Marta Rodríguez Alfeirán

Directora de cine comprometida con la justicia social y la diversidad. Luchando por un cambio en la sociedad a través del arte y la conciencia cinematográfica. Barcelona, España. "¡Las películas pueden ser un motor de cambio!"