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irene montero

Condenan a ministra de Igualdad por acusaciones falsas de maltrato

Condenan a ministra de Igualdad por acusaciones falsas de maltrato

La reciente noticia del Tribunal Supremo condenando por lo civil a la Ministra de Igualdad, Irene Montero, a indemnizar con 18.000 euros a un hombre al que acusó en falso de ser un maltratador, ha generado un amplio debate en la sociedad española. La acusación sin fundamentos ha vulnerado el derecho al honor de este hombre, expareja de María Sevilla, ex presidenta de Infancia Libre condenada y posteriormente indultada, según los jueces.

Es importante destacar que la imputación realizada por la ministra supone objetivamente un daño moral, como sinónimo de malestar, desasosiego e incluso indignación, en el marco además, de un largo proceso judicial sufrido por el demandante. El derecho al honor es un derecho fundamental que debe ser protegido por el Estado, por lo que resulta inaceptable que una persona pública acuse sin pruebas a un ciudadano de delitos graves como la violencia de género.

La condena del Supremo es un aviso para todos los políticos que utilizan la lucha por la igualdad y los derechos de las mujeres como excusa para atacar a hombres sin pruebas. La presunción de inocencia es uno de los pilares fundamentales de nuestro sistema legal y cualquier acusación sin fundamento debe ser condenada y sancionada.

La ministra de Igualdad es una de las principales representantes del feminismo en España, por lo que su conducta debe ser ejemplar. Las políticas públicas destinadas a luchar contra la violencia de género deben estar basadas en la justicia y en la protección de los derechos de las víctimas y nunca en la criminalización injustificada de los hombres.

La condena de la ministra es una muestra de que el sistema judicial funciona y de que, en España, todas las personas son iguales ante la ley. La justicia es uno de los principales pilares de nuestro Estado de derecho y su independencia e imparcialidad deben ser respetadas por todos los ciudadanos, incluidos los políticos.

En definitiva, la condena del Supremo a la ministra de Igualdad es un aviso para todos aquellos que quieran utilizar la lucha por la igualdad como excusa para atacar a los hombres sin pruebas. La presunción de inocencia y el derecho al honor son derechos fundamentales que deben ser protegidos por el Estado y por la sociedad en su conjunto. Debemos exigir a nuestros políticos un comportamiento ejemplar y un compromiso con la justicia y la protección de los derechos de todos los ciudadanos, hombres y mujeres por igual.