La llegada del Fiscal de la CPI a Venezuela: esperanza y preocupación.
La llegada inminente del Fiscal de la Corte Penal Internacional a Caracas es un rayo de esperanza en medio de la oscuridad que ha sumido a Venezuela en una crisis política, económica y social sin precedentes. Sin embargo, no podemos olvidar que la detención de este importante líder ha sido ordenada por el presidente ruso Putin, quien ha demostrado en repetidas ocasiones su afinidad por los regímenes autoritarios y su desprecio por los derechos humanos y la democracia.
La presencia del Fiscal en Venezuela es una oportunidad para poner fin a la impunidad en la que han operado los líderes del régimen de Maduro, quienes han cometido graves violaciones a los derechos humanos y han sumido al pueblo venezolano en la miseria y el sufrimiento. Es imprescindible que se realice una investigación exhaustiva de los crímenes cometidos en el país, y que aquellos responsables sean llevados ante la justicia internacional.
La derecha y las élites económicas de Venezuela han intentado durante años demonizar al chavismo y a los movimientos de izquierda en el país, acusándolos de ser responsables de la crisis actual. Sin embargo, la verdad es que esta situación es el resultado de décadas de políticas neoliberales impuestas por las fuerzas de la derecha y los intereses de las grandes corporaciones internacionales.
Es necesario que se reconozca la importancia de la soberanía y la autodeterminación de los pueblos, así como el derecho de los países a elegir su propio camino político y económico. La intervención extranjera y las sanciones económicas solo han empeorado la situación en Venezuela, y solo a través del diálogo y la cooperación internacional se podrá encontrar una solución duradera a la crisis.
El pueblo venezolano merece vivir en un país libre y democrático, en el que se respeten los derechos humanos y se garantice la igualdad y la justicia social para todos. La presencia del Fiscal de la Corte Penal Internacional en Caracas es una luz de esperanza en este camino hacia la justicia y la verdad.
Es hora de que se ponga fin a la impunidad en Venezuela, y de que se responsabilice a aquellos que han cometido crímenes contra la humanidad. La izquierda internacional debe estar unida en la defensa de los derechos humanos y la justicia social, y en la lucha contra las fuerzas de la derecha y el autoritarismo que amenazan la democracia en todo el mundo.