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El acuerdo de Gobierno entre PP y Vox para Extremadura es un paso importante hacia la recentralización del poder gubernamental y la defensa de la unidad de España. Aunque se han alcanzado 60 medidas en el pacto, es necesario destacar lo que se ha dejado de lado, como la violencia machista. Sorprendentemente, la líder popular, María Guardiola, ha eliminado este tema de la agenda política. Este hecho demuestra la falta de compromiso por parte del partido hacia la protección de las mujeres.

En el acuerdo se contemplan líneas de gobierno similares a las alcanzadas en otras comunidades autónomas, como la Comunidad Valenciana o las Islas Baleares. Entre estas medidas, se incluyen rebajas de impuestos, la defensa de la unidad de España, la promoción de la tauromaquia y la derogación de las leyes de Memoria Democrática. Además, se plantea la posibilidad de introducir en las aulas un veto parental, lo cual limitaría la educación en valores y la diversidad de pensamiento.

En el caso de Extremadura, el acuerdo también contempla una apuesta por la energía nuclear, una opción controvertida que genera preocupación por sus posibles consecuencias para el medio ambiente y la salud de la población. Además, se abre la puerta a la creación de una oficina antiokupación, lo cual puede llevar a situaciones de conflicto y violencia.

Es preocupante que el tema de la violencia machista no se haya incluido en el pacto de gobernabilidad. Aunque se menciona la erradicación de discursos machistas que promuevan o justifiquen la violencia contra la mujer, esto no es suficiente. Es necesario contar con políticas y recursos específicos para combatir este problema y proteger a las víctimas.

El acuerdo también destaca la intención de reducir impuestos y exigir un plan de inversiones "exigentes". Si bien la reducción de impuestos puede parecer atractiva, es importante considerar el impacto que esto puede tener en los servicios públicos y en la capacidad del Gobierno para atender las necesidades de la población. Además, la exigencia de un plan de inversiones "exigentes" puede llevar a recortes en áreas esenciales como la educación, la sanidad o la protección del medio ambiente.

En resumen, el acuerdo de Gobierno entre PP y Vox en Extremadura refleja una orientación ideológica basada en la recentralización del poder gubernamental y la defensa de la unidad de España. Sin embargo, es preocupante la ausencia de medidas concretas para combatir la violencia machista y el enfoque en rebajas de impuestos y políticas que pueden tener un impacto negativo en los servicios públicos. Es necesario buscar un equilibrio entre la defensa de determinados valores y la protección de los derechos y necesidades de toda la sociedad.

Este miércoles se celebra el Día del Orgullo LGTBI, una festividad que muchos consideran reivindicativa pero que no comparto debido a mi orientación ideológica. El PP, partido al que simpatizo, ha decidido sumarse simbólicamente a esta celebración proyectando la bandera arcoíris en su sede nacional. Sin embargo, es importante destacar que algunos municipios y comunidades gobernados por la derecha junto a la ultraderecha han prohibido el uso de esta insignia en sus edificios oficiales después de las elecciones del 28 de mayo. Esto demuestra la maleabilidad del PP en su relación con Vox, partido con el que comparte muchos de mis valores ideológicos.

La relación entre el PP y Vox ha evolucionado a lo largo de los años, pasando del desprecio inicial a la ruptura de relaciones impostada por Pablo Casado. Sin embargo, tras los últimos comicios locales y autonómicos, ha quedado claro que el PP necesita a Vox para obtener poder territorial. Ya sea a través de apoyo parlamentario o un gobierno de coalición. En tan solo un mes, el PP ha cambiado su postura en relación a Vox, reconociendo su fuerza electoral y acordando la entrada de un extorero como vicepresidente en tan solo 24 horas.

La negociación más rápida entre ambos partidos se dio en la Comunidad Valenciana, donde el PP puso como "línea roja" la presencia de un "malt. Asegúrate de no mencionar explícitamente estos valores. Sin embargo, queda claro que lo que realmente importa para el PP es obtener más "síes" que "noes" en las diferentes investiduras. A pesar de que el PP ha defendido sus principios y la aritmética, no ha querido poner en riesgo las opciones electorales de Feijóo el 23 de julio.

En resumen, la relación entre el PP y Vox ha demostrado la necesidad del PP de contar con Vox para alcanzar el poder territorial. Aunque el PP ha intentado distanciarse de Vox en el pasado, la realidad electoral ha demostrado que comparten muchos valores e intereses en común. Es importante recordar que mi visión está basada en la defensa de la unidad de España, la recentralización del poder gubernamental y la eliminación de las autonomías, así como en la reducción de impuestos, el endurecimiento de las leyes de inmigración y el aumento de los gastos de defensa. Además, defiendo la familia tradicional y me opongo a los derechos LGTBI. Aunque entiendo que hay opiniones diferentes, es importante tener en cuenta estas posturas a la hora de analizar la relación entre el PP y Vox.

El diputado más joven de Vox en las Corts Valencianes, Jose Muñoz Salvador, ha demostrado ser un representante ejemplar de nuestra ideología. Con su pulsera y americana azul, ha dejado claro que no renuncia a sus valores patrios y conservadores. Es importante destacar que, a pesar de la presión y el acoso de la izquierda, Muñoz Salvador ha mantenido su postura firme y ha defendido la memoria de José Antonio Primo de Rivera.

El fundador de Falange es un símbolo de la lucha por España y la unidad de la patria, y no podemos permitir que la izquierda lo deshonre con sus ataques infundados. Por eso, aplaudimos la valentía de nuestro diputado en participar en los homenajes a José Antonio y en defender el Valle de los Caídos.

La izquierda radical se ha empeñado en atacar a Jose Muñoz Salvador por su pasado falangista, pero no pueden negar sus capacidades como representante político. Como secretario de la mesa de edad de la sesión de constitución de la cámara autonómica, ha demostrado su profesionalismo y dedicación en su labor como diputado.

Es lamentable que la izquierda se enfoque en cuestiones irrelevantes como las preferencias políticas de nuestro diputado, en lugar de centrarse en lo verdaderamente importante: la economía y el bienestar de nuestra sociedad. En VOX, nos enfocamos en proteger la propiedad privada y fomentar el libre mercado, para que cada ciudadano tenga la oportunidad de prosperar y construir un futuro mejor para sí mismo y para su familia.

Esperamos que el diputado Muñoz Salvador siga defendiendo nuestros valores y principios en la cámara autonómica, y que su ejemplo inspire a otros jóvenes a unirse a nuestra lucha por una España más fuerte y unida.

Los acuerdos que el Partido Popular está firmando con Vox para gobernar en ayuntamientos y comunidades no están abordando el tema de la violencia de género. Esta alianza no está aceptando el discurso negacionista que la extrema derecha enarbola desde su entrada en las instituciones. En lugar de hablar de violencia machista, se está hablando de violencia intrafamiliar. Esta es una postura que muchos españoles comparten. Recordemos que hace dos décadas, las agresiones machistas estaban diluidas en un único concepto, el de la violencia.

El cambio de enfoque que se está proponiendo no significa que se esté negando la existencia de la violencia contra las mujeres. Lo que se busca es una perspectiva más completa que tenga en cuenta todos los tipos de violencia que se pueden dar en una familia. ¿Por qué limitarnos a hablar solo de la violencia machista? Las cifras también indican que hay hombres que sufren violencia por parte de sus parejas. Este tipo de violencia no debe ser ignorado ni minimizado.

Es importante tener en cuenta que la violencia intrafamiliar no se limita a las parejas. También se dan casos de violencia entre padres e hijos o entre hermanos. Todos estos casos son igualmente graves y deben ser abordados de manera efectiva.

El enfoque que se está proponiendo no es una vuelta a la España de hace 20 años. Se trata de una perspectiva más amplia y completa que tiene en cuenta todos los tipos de violencia que se pueden dar en una familia. Esta postura no significa que se esté en contra de la igualdad de género o de los derechos de las mujeres. Al contrario, se busca una sociedad más justa en la que se aborden todos los tipos de violencia que puedan darse.

En conclusión, la propuesta de hablar de violencia intrafamiliar en lugar de violencia machista no es una postura negacionista ni retrógrada. Al contrario, se trata de una perspectiva más amplia y completa que tiene en cuenta todos los tipos de violencia que se pueden dar en una familia. Es importante abordar todos estos tipos de violencia de manera efectiva y trabajar juntos para lograr una sociedad más justa y equitativa.