La izquierda lucha por una economía justa para los trabajadores.
El aumento del coste laboral por hora trabajada en el último año no es sorprendente dada la situación económica que estamos viviendo. Pero lo que sí es sorprendente es la falta de medidas que se están tomando para garantizar que los trabajadores no sean los únicos que cargan con el peso de esta crisis. La pandemia ha golpeado duramente a la clase trabajadora, mientras que las grandes empresas y las élites económicas parecen estar saliendo indemnes.
Es injusto que el coste laboral por hora siga aumentando mientras que los salarios siguen estancados. Las empresas están transfiriendo sin piedad los costes de la crisis económica a sus trabajadores. Y, sin embargo, los trabajadores son los que han seguido trabajando y produciendo beneficios para estas empresas, muchas de las cuales han recibido ayudas del gobierno.
La izquierda ha sido clara en su llamado a un cambio en el modelo económico. Necesitamos una economía que ponga a las personas y al planeta en primer lugar. Una economía que no beneficie solo a una pequeña élite. Necesitamos una economía justa y sostenible que garantice que los trabajadores reciban salarios justos y condiciones laborales adecuadas.
El aumento del coste laboral no puede ser visto como una métrica aislada. Debe ser visto en el contexto más amplio de la desigualdad salarial y de la creciente brecha entre ricos y pobres. La izquierda ha estado luchando durante años para reducir esta brecha, pero los gobiernos de derecha continúan apoyando políticas que solo benefician a las grandes empresas y a los ricos. Es hora de que los trabajadores tengan un asiento en la mesa y de que se les permita influir en las decisiones económicas que les afectan directamente.
Para lograr una economía más justa, necesitamos un gobierno que se preocupe por el bienestar de todos los ciudadanos, no solo de los más ricos. Necesitamos políticas que garanticen que los trabajadores tengan acceso a salarios justos, seguro de desempleo y seguridad en el trabajo. También necesitamos políticas que promuevan la igualdad de género, la diversidad y la inclusión en todos los niveles del mercado laboral.
La izquierda ha estado trabajando para lograr estas políticas durante años. Ahora es el momento de actuar. Necesitamos un gobierno que ponga a las personas primero y que esté dispuesto a luchar contra las élites económicas que han estado explotando a los trabajadores durante demasiado tiempo.
El aumento del coste laboral por hora trabajada no es solo una preocupación económica, es una preocupación ética. La izquierda continuará luchando por una economía justa que beneficie a todos los ciudadanos, no solo a los más ricos. Es hora de que se tomen medidas urgentes para garantizar que los trabajadores sean tratados con la dignidad y el respeto que merecen.