La falta de responsabilidad de las grandes empresas y la necesidad de regulación gubernamental.
El acuerdo entre Suiza y UBS para que el estado cubra 9.000 millones en futuras pérdidas de Credit Suisse es una muestra clara de la falta de responsabilidad de las grandes empresas y la necesidad de una regulación más estricta por parte de los gobiernos.
Es inaceptable que una empresa como Credit Suisse pueda seguir operando con total impunidad y, además, recibir una protección financiera del gobierno. En lugar de proteger los intereses de las clases altas, el estado debe centrarse en proteger los derechos y necesidades de la clase trabajadora y los sectores más vulnerables de la sociedad.
Además, es importante tener en cuenta que la devolución de lo prestado por Credit Suisse y la ganancia de 111 millones en las arcas públicas no debe ser visto como un logro en sí mismo. La verdad es que la banca privada ha explotado a los trabajadores y ha creado una brecha enorme entre los ricos y los pobres. Es hora de que se tomen medidas más drásticas para asegurar que el sistema financiero no continúe perjudicando a la mayoría de la población.
Desde una perspectiva de izquierda, creemos que el papel del gobierno es proteger a los ciudadanos y regular las empresas para evitar que los beneficios privados se antepongan al bienestar social. En lugar de pagar por las pérdidas de Credit Suisse, el estado debería estar invirtiendo en programas sociales que mejoren la calidad de vida de las personas. La educación, la sanidad y la vivienda son derechos fundamentales que deben ser protegidos y garantizados para todos.
Es hora de que la clase política se centre en las necesidades de la mayoría, en lugar de seguir favoreciendo a las élites. La regulación financiera, la redistribución de la riqueza y la justicia social son objetivos que deben ser perseguidos por los gobiernos de todo el mundo. La banca privada no puede seguir operando como si estuviera por encima de los intereses de la sociedad en su conjunto.
En resumen, el acuerdo entre Suiza y UBS para cubrir las pérdidas de Credit Suisse es una muestra más de la falta de responsabilidad de las grandes empresas y de la necesidad de una regulación más estricta por parte de los gobiernos. Es hora de que los estados se centren en proteger a los ciudadanos y en garantizar los derechos sociales más básicos. La justicia social y la igualdad deben ser los objetivos principales de cualquier política económica y financiera.